23 junio 2008

Marmita de bonito a la riojana

Ingredientes para veintiuna personas, de las cuales nueve son adultos (uno es Ramón, atentos), y doce chiquillos:
  • Tres rodajas de bonito fresco, en una cantidad que a ojo del Ingeniero Sánchez y de Sánchez Bolín sea suficiente.
  • Patatas en abundancia, quebradas en trozos, no cortadas.
  • Un tercio de una cebolla.
  • Un pimiento verde. Por eso decimos a la riojana, aunque no tiene nada que ver.
  • Albariño.
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Sidra. En abundancia. Para que el Ingeniero Sánchez y Sánchez Bolín no se deshidraten.
  • Camiseta del Sporting. Y así Sánchez Bolín estará más entonado.
Pasos.
  1. Se envía a todo Dios a la playa, a fin de que el Ingeniero Sánchez y Sánchez Bolín puedan estar tranquilos y un posible estado de nervios no le repercuta al guiso.
  2. El Ingeniero Sánchez pela las patatas y pica la cebolla. Mientras tanto, Sánchez Bolín limpia dos docenas de sardinas para la barbacoa de la noche. No tiene que ver con la marmita, pero hay que pensar en el más allá. En la cena, vamos.
  3. Antes de dar más pasos, unos vasos de sidra, que el calor aprieta y la playa espera.
  4. Se pone en un cazuelón el aceite y se pone a dorar la cebolla. Cuando el color dorado se intuye, el Ingeniero Sánchez y Sánchez Bolín lo celebran con unos culetes de sidra e incorporan el pimiento en trozos medianos.
  5. Cierto. Más sidra.
  6. Con la cebolla dorada y el pimiento en línea, se meten las rodajas de bonito para darle aroma al guiso. Se casi sellan por ambos lados y se reservan en un plato. Si el paso se ejecuta correctamente, se recomienda brindar con sidra.
  7. Añadir el Albariño y evaporar el alcohol. No merece la pena tratar de inhalar ese alcohol evaporado, siempre que se cuente con la reserva adecuada de sidra.
  8. Añadir las patatas en trozos y darles unas vueltas antes de cubrirlas con agua.
  9. El Ingeniero Sánchez y Sánchez Bolín, después de ocho pasos, vuelven a beber sidra.
  10. Subir a ebullición la disolución tuberculosa y dejar a fuego lento hasta que las patatas se pongan tiernas. Respetarlas, son sólo patatas. Ahogar la tristeza en sidra.
  11. Desespinar y quitar la piel a las rodajas de bonito. Cortar en tacos.
  12. La rutina, beber sidra.
  13. Con las patatas tiernas, e intactas, apáguese el fuego y viértanse los trozos de bonito en el guiso. El calor residual terminará de cocinar el pescado.
  14. Festejar haber llegado hasta aquí con algo más de sidra y dirigirse a la playa sin que se note la sidra ingerida.
  15. A la vuelta de la playa, comérselo sin dar nada a los niños, que de momento se dejan engañar con los macarrones. Por si acaso, no decirles nada, no sea que pidan el cambio.

Hecho en Vega en el cuarto año triunfal
por el Ingeniero Sánchez y Sánchez Bolín

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